lunes, 26 de mayo de 2014

GIMN Y SU ENS. La Entrada en Calor. Lic. Aguirre Walter Abel

GIMNASIA Y SU ENSEÑANZA - PRACTICAS GÍMNICAS

Lic. Aguirre Walter Abel

La Entrada en Calor.

El laboratorio de Fisiología del Ejercicio del ISEF N°1 Dr. E. Romero Brest, define a la entrada en calor como “todo movimiento o actividad motora instrumentada como ejercicios, dirigidos y dosificados progresivamente preparando al sujeto para una posterior actividad física con el objetivo de alcanzar la eficiencia acorde al rendimiento físico, mental y técnico esperado.
Safran (1989) considera entrada en calor a una serie de ejercicios de preparación con el fin de mejorar la posterior competencia, que se compone de 3 períodos diferentes: un período de ejercicio aeróbico para incrementar la temperatura del cuerpo; un período de estiramiento de la musculatura específica para realizar el deporte; un periodo de actividad incorporando movimientos similares a los que serán utilizados en el ejercicio posterior”. Woods (2007) concibe el término calentamiento o entrada en calor al conjunto de actividades o ejercicios físicos orientados al aumento progresivo de rendimiento, determinada por cambios funcionales que se irán propiciando en el sistema neuroendocrino, el aparato locomotor, y el incremento de la temperatura corporal. Según dicho autor, la entrada en calor tiene dos finalidades prioritarias: por un lado, disminuir el riesgo de lesiones músculo tendinoso; y por el otro preparar al individuo para las demandas físicas del ejercicio o deporte a realizar.

Existe una variedad muy grande de entradas en calor que se adecuan a diferentes objetivos y circunstancias. La entrada en calor puede ser tanto pasiva como activa (Bishop D., 2003). El calentamiento activo puede ser clasificado también en general o específico. El calentamiento pasivo es aquel donde la temperatura corporal es incrementada por elementos externos. Estos pueden incluir, por ejemplo, duchas calientes, saunas o aplicaciones calientes (Safran MR, 1989). El calentamiento activo involucra algún tipo de actividad física. El calentamiento general envuelve cualquier movimiento global del cuerpo, no específico como correr o andar en bicicleta, o también ejercicios analíticos de distintos segmentos corporales. El calentamiento específico utiliza actividades y estiramientos que son específicos para la actividad a la cual uno se está preparando. Las técnicas de calentamiento más efectivas parecen ser las específicas. Posiblemente, debido al hecho que imita la actividad que va a ser realizada (Shellock FG, 1985).
Sería razonable pensar que distintos tiempos, modalidades e intensidades de ejercicios durante la entrada en calor producirían diferentes efectos que podrían correlacionarse con la prevención de lesiones en el deporte, por lo que entonces comenzaremos describiendo algunos de los efectos fisiológicos producidos por la actividad física durante la entrada en calor.
Según lo investigado, el flujo de sangre a los músculos y la elasticidad durante la realización de ejercicio aumentarán con el calentamiento que consiste en correr y realizar ejercicios de estiramiento (Kato, 2000). A partir de la entrada en calor el tejido muscular adquiriría propiedades viscoelásticas apropiadas, la oxigenación sería mayor, y la temperatura corporal aumentaría debido a la vasodilatación. Estas alternativas podrían mejorar el funcionamiento de receptores de movimiento y la sensibilidad cinestésica (Bouet, 2000). Se ha comprobado que el aumento de la temperatura en 1 °C disminuiría el umbral de los mecanorreceptores y mejoraría la sensibilidad táctil (Riemann, 2002). Al disminuir el umbral de excitabilidad el potencial de acción de las enzimas -que catalizan las funciones metabólicas- aumentaría para facilitar la preparación de los músculos para una mayor actividad (Montelpare, 2001).
La excitabilidad de los mecanorreceptores articulares y la velocidad de los impulsos nerviosos aumenta por el ejercicio. El calentamiento acorta el tiempo de reacción y el tiempo de respuesta muscular, y aumenta la facilitación neuromuscular mediante el aumento de la sensibilidad de los receptores implicados con el sentido de la posición articular. Cuando una persona entra en calor, las fibras musculares están activadas. Dicha actividad está regulada por los husos musculares que controlan la cantidad de trabajo que los músculos necesitan para el ejercicio, lo que significa que puede ser regulado el perfil de estímulo-trabajo del sistema neuromuscular (Young, 2003). Durante el calentamiento la función de control del huso muscular restringe respuestas rápidas o completas de los músculos y utiliza solo el número necesario de fibrillas. Así se ahorra energía, y se ven facilitadas la coordinación y la preparación del sistema nervioso que evita el daño (Riemann, 2002).

Subasi (2008), explica los mecanismos fisiológicos que desencadena la entrada en calor: “Dos mecanismos explican el por qué de que la entrada en calor de 10 minutos sea más efectiva: en primer lugar, por una respuesta adecuada de los husos musculares. Riemann et al (2002) indicaron que los husos musculares son responsables de la transmisión de información con respecto a la longitud del músculo y la velocidad de los cambios de longitud. La activación de los elementos contráctiles periféricos de las fibras intrafusales extienden las regiones centrales del huso que contienen los receptores sensoriales de ambos extremos. Esto resulta en un aumento en las tasas de disparo de la terminación sensorial y aumentan la sensibilidad de los husos musculares a los cambios de longitud; en segundo lugar trotar aumenta el flujo sanguíneo en los músculos y la velocidad de los impulsos nerviosos, por lo tanto el tiempo de reacción del músculo disminuye (inmediatas respuestas reflejas) después de 10 minutos de ejercicios de calentamiento. La respuesta refleja apropiada e inmediata puede proteger a las estructuras de la rodilla de las lesiones, y darle más sensibilidad para resguardarlas de las fuerzas dañinas”.
Tripp (2004) sugiere que la entrada en calor no lleve al organismo a la fatiga, por lo que el tiempo y la intensidad de los ejercicios son dos factores cuya interrelación es estrictamente necesaria: “el tipo de ejercicios y la duración del calentamiento deben disponerse muy cuidadosamente para obtener eficacia óptima en la entrada en calor siendo necesario comprender que el período y la intensidad del ejercicio no deben causar fatiga, ya que ésta disminuye el sentido de posición, deteriora la respuesta muscular y el control motor. Si la alta concentración de H + relacionada con la acidosis no se produce, el rendimiento muscular estará protegido

Entrada en calor, calentamiento, "precalentamiento", son algunos términos que se utilizan para definir la primer parte de cualquier actividad física. En el caso del "pre-calentamiento", nos encontramos con algunas discrepancias en distintos autores, por ejemplo: se puede interpretar como la actividad que se realiza antes de hacer movimiento alguno como la de saludar a la clase, cambiarse de ropa, rebobinar los cassette, etc. o como la parte previa a calentar al organismo que estaría compuesta por ejercicios de "estiramiento". En definitiva, lo que más importa es el concepto de cómo se debe realizar la entrada en calor desde el punto de vista científico para que se respete la definición que es: la preparación del organismo para una actividad de mayor intensidad y que debe ser realizada en forma progresiva tanto física como psicológicamente.
Haciendo una síntesis de los tipos de entradas en calor, podríamos decir que son:
A)      General
B)      Específica
C)      Pasiva.
 A) General: También llamada "global". Consiste en una actividad física que involucre grandes grupos musculares mediante movimientos de todos los núcleos articulares del cuerpo.
B) Específica: Se realiza por núcleos articulares con movimientos específicos del deporte a realizar y solo en aquellos que serán utilizados en la actividad posterior. Desde mi punto de vista siempre debería estar precedida por una mínima E/C gral.
C) Pasiva: Consiste en la aplicación de calor desde el exterior, ej: sauna o baños de inmersión en agua caliente.
Tal vez el por qué de la E/C. sea el punto en el que menos dudas o discusiones haya. Sabemos bien que realizándola evitamos calambres, esguinces, distensiones musculares, etc., y en mayores de 35 años, irregularidades cardíacas.  Sin un calentamiento previo, cualquier corazón en reposo sometido a un esfuerzo repentino, puede reflejar señales de un abastecimiento insuficiente de sangre, aun en deportista con un buen nivel de aptitud física. (Bernard y otros. 1987).
Cuando el cuerpo es calentado, las arterias coronarias se dilatan y permiten una mayor circulación sanguínea a través de ellas.
Psicológicamente nos da tiempo para introducirnos en la actividad y al esfuerzo a realizar.
"Cuando un músculo es aislado, enfriado en un laboratorio, su fuerza y su velocidad de contracción se reducen. Pero con el calor, tanto la fuerza de contracción  como la velocidad mejoran. Los nervios conducen los impulsos con mayor rapidez, los tendones se hacen más permeables y flexibles con una temperatura mayor. Se encuentra menos resistencia al cambio de longitud (menos viscosidad) en los tejidos calentados." (Fisiolo-gia del ejercicio.- David Lamb 1987).
Los objetivos-beneficios de una buena entrada en calor son los siguientes:
En lo biológico:
1.       Aumento de la temperatura corporal general.
2.       Redistribución del volumen minuto. Músculo: de 10/15 % pasa al 80/85 %.
3.       Liberación del líquido sinovial a nivel articular y de bolsas serosas como así también a nivel de vainas sinoviales.
4.       Disminución de la viscosidad muscular, mejorando la eficacia contractil.
5.       El aumento de la temperatura favorece una más rápida disociación del oxígeno de la hemoglobina y de la mioglobina, que de este momento queda disponible para el músculo.
6.       A nivel celular, la energía de activación necesaria para las reacciones químicas, y la base del metabolismo energético, disminuyen. Por lo tanto tales reacciones se realizan más fácilmente.
7.       La misma contracción muscular, entendida como un proceso físico-químico se desarrolla en mejores condiciones, en consecuencias del aumento de la temperatura.
8.       Se facilita la liberación de neurotransmisores a nivel de placa motora.
9.       La vasodilatación mejora el aporte de nutrientes y la remoción de material de desecho.
En lo psicológico:
1.       Motivación creciente.
2.       Da tiempo para la toma de conciencia de la actividad a realizar.
3.       Posibilita el conocimiento del propio cuerpo y sus diferentes zonas.
En lo perceptivo motor:
1.       Se incrementa los aspectos perceptivos motores del movimiento debido a la menor velocidad en que se realizan los movimientos.
2.       Refrescamos los patrones de movimiento de la tarea a realizar.
3.       Se estimula y prepara la memoria rápida.
Creo que estos fundamentos ya justifican el por qué de la E/C.
Pero pasemos ahora a analizar el cómo de la E/C. que es donde aún se encuentran algunas divergencias. Para algunos muchos profesores ( faltos de lectura, poco actualizados y/o reacios a los cambios ) la entrada en calor todavía consiste en empezar con el clásico trote tocando el "pastito", shotear al arco, saltar, etc. seguido, en el mejor de los casos, por algunos ejercicios de "elongación".
Es interesante desarrollar cual es el orden de las actividades que se plantean para la realización de la E/C. Por supuesto que se hará desde una óptica científico-fisiológica y siguiendo los lineamientos que nos marcan los fisiólogos que se dedicaron al estudio de éste tema y a las conclusiones a las que ellos arribaron. Después de esto, cada profesor verá las adaptaciones y/o modificaciones que deba hacer.
Empecemos con un estudio realizado por el Dr. L. I. Masterovoy de Rusia que se editó en la revista Stadium en el año 1970, y que a pesar de ser de casi dos décadas atrás, no ha perdido validez, sino que precisamente parecería ser de él que parte la nueva concepción de la E/C. Se toma este estudio como punto de partida por la seriedad, los equipos y cantidad de investigaciones que se hicieron. Dichas investigaciones se llevaron a cabo en dos grupos, cada uno de los cuales estaba constituído por 293 experimentos como por ejemplo, las particularidades de la dinámica del aporte sanguíneo de los músculos posteriores de la pierna, (gemelos e isquiotibiales). Todos estos se estudiaron en un complejo de reografía, electrotermometría, y análisis biomecánicos del régimen de dichos músculos.
Haciendo una síntesis de los resultados obtenidos sobre los atletas que corrieron a una velocidad 4-5 m/seg., éstos no experimentaban un aumento de la circulación sanguínea, ni de la temperatura de la región posterior. Por el contrario, un análisis cuantitativo de las curvas reográficas mostró que en la mayoría de los deportistas se observó una disminución de la temperatura como causa de una menor circulación de la sangre en dicha zona. Resultados análogos se observaron en los futbolístas cuya E/C. consistió en shotear al arco.
"En algunos casos hemos observado inclusive, una disminución de la temperatura en casi 2 grados centígrados en esa región."
Según el neurólogo M. E. Marshak, "ésta actividad muscular abrupta no puede ser asimilada normalmente por el sistema nervioso central."
"Las sobrecargas que aparecen a nivel muscular (en el frenado de la pierna al patear o correr a 4/5 m/seg. ) produce fuertes contracciones e irritaciones musculares conduciendo al estrechamiento de los vasos sanguíneo, a la disminución de la velocidad de la sangre y como consecuencia al descenso de la temperatura de la piel en la región de esos músculos."  (M. R. Moguendovich)
Según las investigaciones hechas con la ayuda de la reografía, se pudo observar después de un partido precedido por una E/C. intensa, espasmos musculares muy acentuados que duraban de 24 a 36 hs. Por supuesto, todo esto no es percibido por el deportista en el momento de la E/C.
Otros investigadores como el Dr. Kenneth Cooper, recomienda en sus libros sobre aerobismo, no empezar la actividad física sin antes hacer algunos ejercicios de "estiramiento" previo de algunos grupos musculares como por ejemplo los de las piernas.( Camino del aerobics 1979. pag. 79)
El Dr. Edwuard L. Fox  dice: "El pre-calentamiento eleva la temperatura corporal y de los músculos, facilitando la actividad enzimática, lo cual, a su vez acrecienta el metabolismo de los músculos estriados." y recomienda empezar con ejercicios de "estiramiento", después algunos de calistenia y al final los de la actividad formal. El enfriamiento por el propuesto sería el proceso inverso.
Recordemos también los componentes que entran en juego en la elongación o "estiramiento" y los  componentes de las fibras musculares:
Los elásticos, que son los miofilamentos, los elásticos paralelos como el endomísio, perimísio y epimísio, que son como unos tubos de goma, los inextensibles, como los huesos y los tendones, y los plásticos que son los ligamentos y las mitocondrias, los túbulos y los retículos sarcoplasmáticos propios del músculo, estos son como tubos de goma dura con muy poca elasticidad, que si bien se estiran con un suave esfuerzo, no tienen capacidad para retrotraerse con una velocidad elástica, pero si lo hacen muy lentamente, lo que significa que después de un tiempo prolongado de reposo vuelven a su longitud normal. Esto se puede observar cuando nos levantamos a la mañana e intentamos tocarnos la puntas de los pies y no logramos hacerlo, lo mismo pasaría con un oficinista u otra persona con una inactividad similar. (Flexibilidade e alongamento.Prof. Estelio H. Dantas, Brasil 1989)
Resumiendo, idealmente es conveniente, antes de empezar la clase o cualquier actividad física, realizar algunos ejercicios de "estiramiento suave" de esos componentes plásticos de los grupos musculares que se van a utilizar después. Esto también permite al alumno una toma de conciencia de los distintos segmentos corporales.
La diferencia entre los ejercicios de "estiramiento" y los de elongación es que, en los primeros, no es necesario llegar al máximo del rango articular, y en los segundos sí, además también para estos últimos debe haber un método de elongación, ausencia de fatiga muscular y por supuesto una buena entrada en calor.
Por lo tanto la entrada en calor debe estar compuesta por:
Primero: ejercicios de "estiramiento", principalmente de los grupos musculares posteriores de la pierna como los gemelos e isquiotibiales, y/o el resto de los que se vayan a usar.
Segundo: ejercicios de movilidad articular para la liberación del líquido sinovial en las articulaciones.
Tercero: acondicionamiento orgánico para el aumento de la temperatura corporal a nivel general, que se provoca realizando algunos desplazamientos en los planos laterales o antero-posteriores. Los tipos de ejercicios o movimientos quedan a criterio y creatividad de cada profesor.
Este orden nos permite respetar las características de la entrada en calor sobre todo en lo que se refiere a la progresividad de la intensidad para no provocar  lesiones ni irregularidades cardíacas.
BIBLIOGRAFIA

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